Hace tiempo, en una actividad habitual del aula, surgió una duda. Estábamos comparando una pelota y el sol. Comenzaron a decir semejanzas y un compañero dijo: los dos se mueven. Varios dijeron que no, que el sol no se mueve. Se estableció un debate defendiendo cada uno su postura, unos que sí y otros que no. Estábamos inmersos en el proyecto de Los países y no pasamos de hacer varios debates y ver algún vídeo.
Pasaron las vacaciones de Navidad y alguien volvió a nombrar el tema y hace unos días un compañero dijo: Mari Carmen tenemos que investigar si el sol se mueve o no porque aún no lo tenemos claro (yo ya me había olvidado). A esta propuesta se sumaron la mayoría. Así que, con este asunto pendiente, comenzamos otro proyecto: ¿El sol se mueve?
Pensaron ´qué podían hacer para saber la respuesta: buscar en el ordenador, preguntarle a alguien que supiera mucho del sol, salir al recreo a mirar el sol, viajar al sol, mirarlo en el ordenador, buscar libros,… Así que comenzamos por estas opciones una a una:
Han preguntado a todas las clases de infantil, hemos observado en el recreo a diferentes horas dónde está el sol, han jugado con las sombras en el recreo, hemos analizado la importancia de protegerse del sol, hemos construido un reloj solar (aunque ha hecho más días nublados y ha llovido más que nunca), han visto vídeos y libros, hemos hecho experimentos con linternas, han dramatizado los movimientos de la tierra… y, con todo ello, han llegado a descubrir la respuesta. Una vez que han llegado a la solución final, hemos ido a un aula de primero de primaria que habían estudiado el sistema solar y nos lo han explicado muy bien en español y en francés. (Ah, y lo de hacer un viaje al sol, lo descartaron cuando vieron la temperatura que alcanza el sol)
Y, por último y para completar el proyecto, yo les voy a presentar a Copérnico.
Y, ahora
¿Cuál será el próximo proyecto?
Sólo vuestros hijos tienen la respuesta.
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