Ante esta propuesta hubo dos reacciones: a algunos de los más habladores, les pareció una idea genial y otros dijeron que no se podía quitar. Cada uno expuso sus razones y la conclusión general fue que sin el semáforo gritarían mucho y no se podrían concentrar, pero que querían hacer una votación: El resultado fue 23 a favor del semáforo y 1 en contra (al que lo propuso no lo convencieron).
Hoy, nada más llegar, una compañera ha dicho que ella tenía muchas ganas de trabajar y que llevábamos ya días en el cole y aún no habíamos trabajado. ¡Con lo productivos que me han parecido a mí estos días y las cosas interesantes que hemos hecho y ella, tenía la sensación de no haber trabajado! Muchos han dicho que tenía razón. Les he explicado, una vez más, que todo lo que hacemos en el cole sirve para aprender y que todo es trabajo, pero ellos se referían a trabajo de hoja, han dicho. Cuatro no estaban de acuerdo y no querían hacer este tipo de trabajo y entonces, los demás, han empezado a hacerles unas reflexiones que me han dejado con la boca abierta: que no aprenderían, que al cole se viene a trabajar,..., hasta ha dicho un niño que había que aprender mucho para poder trabajar de mayor. Parecían madres haciendo reflexionar a sus hijos y, después de eso, hemos hecho un trabajo de hoja y hemos activado el semáforo.
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